FUENTE: Leyendas y cuentos de Lezaun (Navarra).
Autor: Pedro Argandoña Otxandorena
¿QUE SE CUENTA ACERCA DE CONSTRUCCIONES (CASAS, IGLESIAS, PUEN-TES) REALIZADAS CON LA AYUDA DE SANTOS, DIABLOS, ETC.?
La senda que une Lezáun con Iturgoyen, Arguiñano, Vidaurre y finalmente Guembe, salva el pequeño regacho que desciende del barranco llamado “el Infierno” con un pequeño puente de un ojo de medio punto. Este puente es llamado Puente Arguiñano o el Puente de las Brujas.
Se dice que fue construido por las brujas. Éstas vivían en la cueva de Txarakadia, en uno de los cortados del barranco. De allí bajaban volando, montadas en sus escobas, hasta el puente para lavarse en el arroyo y fastidiar a los caminantes. Vestían mantos morados y rojos. Este mismo informante (Gregorio Salvatierra) recuerda que en Iturgoyen se colocaba en las puertas de las casas una “pichacama” o flor de cardo para alejar a las brujas e impedir que entraran en las casas. Las vio puestas, por ejemplo, en Casa Azpilikueta y en Casa la Txaurronda.
LAS CALVAS DE SANSON
Una vez dejada atrás La Txila se entra en el término de Abárzuza, y al llegar a los rasosde Lizarrate nos encontramos con dos enormes piedras naturales que se llaman Las Calvasde Sansón.
Aunque también se dice de ellas que fueron puestas por los moros, la versión más extendida es que Sansón las puso allí, bien porque las tiró desde el monte San Donato o por otra razón. En Lezáun e Ibiricu se sabe que esas piedras son obra de Sansón, pero curiosamente en Abárzuza no he recogido nada al respecto. Allí se dice (Jesús Arana) que la Peña Azanza era una china que se le había metido en la albarca a Sansón y al sacudirla cayó donde hoy está.
Cualquier piedra de forma redondeada se llama “calva”, y también se conocía con esenombre un juego que consistía en tirar piedras (calvas) a otra piedra rectangular colocadaverticalmente en el suelo. En la Planilla Alta, cerca de la fuente de Sangribilas, están lasCabañas del Juego Calva, donde se dice que jugaban los pastores. Por lo tanto, siguiendoesta línea interpretativa, habría que suponer que Las Calvas de Sansón fueron utilizadas poréste para jugar.

Curiosamente, en Lezáun este juego se conocía con el nombre de “Lo”, y hay que ir a Iturgoyen para encontrar la denominación “Juego de la Calva”. Allí se practicó hasta los años 50 y los chicos para proveerse de buenas piedras bajaban hasta el puente de Irujo, donde recogían cantos rodados. También en Amescoa se practicó la “calva”, donde llaman “calvarris” a los fósiles de erizos de mar y de forma redondeada, etimológicamente derivado de aquél. Con estos “calvarris” jugaban los amescoanos echándolos a una hoguera y permaneciendo quietos hasta que la piedra explotaba, por lo que con cierta frecuencia salía alguien herido por los cascotes de “calvarris”.
Al igual que el topónimo El Tángano, también Las Calvas de Sansón parece nombre utilizado por pastores ajenos a la zona y con el tiempo aceptado por los naturales.
LA PEÑA TOMAR PAN
Está a la derecha del camino que sube de Lezáun a la Ermita de la Trinidad de Iturgoyen. Los de este pueblo acuden de romería el domingo siguiente a la festividad de Pentecostés y los de Lezáun lo hacen el lunes.
Actualmente se sube en coche por la pista que parte desde Iturgoyen, y en la ermita después de misa el Ayuntamiento pone pan, vino y queso para los que han acudido. Cuando el trayecto se hacía andando, al volver de la misa se paraba a la altura de esta peña para almorzar en grupos familiares. El pueblo daba medio pan a aquellas personas que habían estado en la ermita y a los menores de 7 años se les daba un cuarto de pan, hubiesen subido o no, por lo que muchos críos esperaban junto a la peña a que bajara la comitiva. También ponía el pueblo vino, queso y tortilla de setas para el alcalde, alguacil, cura, depositario, y también para el cura y sacristán de Iturgoyen si venían.

LA PEÑA DE LOS CURAS
Está en Iturgoyen, al lado de la senda que conduce a Lezáun y cerca del Segundo Portutxar. Dicen en Iturgoyen (Epifanio Lazcano) que junto a esta roca se reunían los curas de Iturgoyen con los de Lezáun para hacer las cuentas una vez al año y que entre los bojes aparecen llaves, monedas y otros enseres que perdían los curas después de haber comido y bebido bastante bien.
En Lezáun no he recogido nada de la Peña los Curas, pero hasta hace pocos años los dos concejos se reunían en la muga de ambos términos, Primer Portutxar, para hacer las cuentas anuales.
TORTOLONDI
En lo más abrupto de la foz de Arbioz, sobre las peñas del costado de Arizaleta, se abre la enorme boca de esta cueva. Es de poca profundidad, prácticamente un abrigo rocoso, y se halla cercada por restos de pared, último vestigio de su utilización como majada para las vacas.
Las enormes dimensiones de la cueva y lo agreste del terreno llevan a pensar rápida-mente en una relación con el viejo mito del cíclope: Torto, Tortolo, Tártaro. Así lo creo, aun-que no haya recogido nada ni en Lezáun ni en Riezu.
Siguiendo este barranco hacia Riezu, junto a la vieja central eléctrica, hay una pequeña oquedad llamada El Axixun o El Atxitxun, en la que vivía el “Sacamantecas”, según se les decía a los críos de Iturgoyen (Ricardo Pérez de Obanos).

TRINIDAD DE ITURGOYEN
Ermita de gran raigambre en toda la comarca, adonde en el día de su festividad acudían romeros de Iturgoyen y de otros pueblos para cumplir alguna promesa. Hoy todo tiene un carácter más festivo y de reencuentro, dada la diáspora que ha sacudido al mundo rural en las últimas tres décadas.
Aunque en Lezáun no se dice nada al respecto, en Iturgoyen se atribuye a esa localidad pretendidos derechos sobre la ermita. Cuando a mediados de este siglo los de Iturgoyen construyeron el cubierto que tiene adosado la ermita, argumentaron que después de todo ya no podían exigir nada en Lezáun ya que ni siquiera habían acudido a las obras. Por supuesto que no hubo invitación previa.

A tenor de lo recogido en Iturgoyen, alguna disputa debió de haber en tiempos, a pesar de que la ermita está claramente dentro de su jurisdicción, aunque próxima a la muga con Lezáun. Aquí sólo se dice que una paloma se apareció a un pastor en el lugar donde está enclavada la capilla.
En Iturgoyen fueron más explícitos (Gregorio Salvatierra Goñi):
“Una vez estaba un pastor de Iturgoyen en el monte y vio una paloma que estaba quieta en el suelo. La cogió y la metió al zorrón (zurrón). A la noche, cuando llegó a casa, fue a sacar la paloma del zorrón y vio que no estaba. A la mañana siguiente volvió el pastor con su ganado al monte y en el mismo sitio que el día anterior se encontraba la paloma. La cogió otra vez y la volvió a meter en el zorrón, pero ahora asegurándose de que lo ataba bien, no fuera que se le volviese a escapar. A la noche, de nuevo en casa, abrió el zorrón que seguía bien atado y fue a sacar la paloma, pero ésta nuevamente había desaparecido. El suceso se repitió varios días seguidos y enseguida se corrió por la zona que en Iturgoyen estaba sucediendo algún hecho milagroso. Los de Lezáun nada más enterarse de la noticia dijeron que el terreno donde había aparecido la paloma era de ellos y que por lo tanto les pertenecía. En vista de que no había acuerdo, acudieron los dos pueblos con sendos pastores al lugar de los hechos. La paloma seguía allí. El pastor de Lezáun intentó cogerla y ella echó un pequeño vuelo. Intentó varias veces atraparla pero la paloma no se dejaba. Luego fue el pastor de Iturgoyen y a la primera la metió al zurrón. Bajaron los de Iturgoyen muy contentos con su paloma, pero al llegar al pueblo se dieron cuenta que había desaparecido. Entonces comprendieron que se quería quedar donde había aparecido, y por eso levantaron la ermita donde está y aquel terreno se quedó para Iturgoyen”.
Otra versión dice así:
“Se había aparecido una paloma a un pastor, y los de Lezáun decían que había sido en Malkasko y no donde ahora está la ermita. Llenaron todo Tierra Estella de letreros que ponía: =La Trinidad es de Lezáun=. Cada pueblo empezó a construir la ermita donde creía que se había aparecido, pero mientras la obra de Iturgoyen iba adelantada, los de Lezáun se encontraban cada mañana con que lo que habían hecho el día anterior aparecía caído. Volvían a levantarlo, y de noche se venía abajo. Así reconocieron que la ermita tenía que estar en Iturgoyen. Desde entonces van al día siguiente de la festividad y ponen almuerzo para el cura y sacristán de Iturgoyen” (Javier Azanza).
IKOMAR
Junto a las balsas del mismo nombre y a pocos metros de la majada de Mirandasario, se aprecian claramente las ruinas de la desaparecida Ermita de Ikomar.
La misma versión que he recogido en Lezáun sobre el abandono de la ermita y recogida de la imagen aparece en el Archivo Parroquial de Arguiñano referida a ésta, en un documento fechado el 27 de Octubre de 1928. Allí se lee el relato que a continuación resumimos.
Hace muchos años dos pastores, uno del pueblo de Arguiñano y otro de Iturgoyen, acudían a diario a visitar y rezar unas avemarías a la Virgencica que había en los alrededores de la fuente de Ikomar, en la sierra de Andía. Pero también cada día volvían apenados alpueblo, al ver que su tan querida imagen quedaba allí sola y abandonada. Antaño se levan-taba en ese lugar el Monasterio de Ikomar, pero desde su abandono las puertas, paredes y demás elementos fueron cayendo, amontonándose en ruinas. De modo que cada vez la imagen estaba más desprotegida, a la cruda intemperie.

Los pastores un día, después de rezarle el rosario, decidieron que no estaba bien quela imagen de su Madrecita estuviera en tan lamentable estado; por ello, realizaron una prueba y quien quedara vencedor llevaría a la Virgencita a su pueblo.
La prueba consistió en que cada uno de ellos bajaría corriendo al pueblo, subiría a continuación, cogería la imagen y de nuevo regresaría a la Parroquia de su pueblo.
El pastor de Arguiñano realizó el recorrido en menos tiempo y se llevó la bendita imagen de la Virgen de Ikomar a su iglesia, en donde ha permanecido a lo largo del tiempo.
Finalmente, también en Andía, entre el Illarral de Mesta y el Barranco Etxeberria, en una zona rocosa, quedan unos restos pétreos que se dice un día fueron un altar sobre el que se celebraban misas para los pastores de la sierra.
¿DE QUE PUEBLOS SE CUENTAN LEYENDAS QUE REVELAN TORPEZA DE INGE-NIO U OTRAS CUALIDADES?
Todos los pueblos de la zona tienen su apodo, o en su defecto se les recita alguna cantinela. Los más cercanos a Lezáun son:
ABARZUZA – Dobleros
ARIZALETA – Babatxuris o babasuris. “Arizaleta mala paleta, vete a casa el cura que te dé unapeseta”.
ARIZALA – Batxalos
AZCONA – Matacaballos
ERAUL – Los justos
IBIRICU – Aguafría
IRUÑELA – Melones
IRUJO – Motxorros
ITURGOYEN – Altxirukis. “En Iturgoyen, goyen, goyen tres casicas y un corral y el puchero en elbojal”. “Altxiruki mal caldo. Tres garbancicos bailando”
LEZAUN – Arrastracristos (en Yerri). Txamarros (en Guesálaz)
MUEZ – Txantxotes (una clase de pájaros)

RIEZU – Zumerikas (mimbre silvestre)
UGAR – Conejos
VILLANUEVA – Orejas duras y cabezones
En referencia a estos apodos hay dos jotas que dicen:
“ En Lezáun se crían hayas, en Iturgoyen los bojes, en Riezu las zumerikas y en Muez se crían Txantxotes”.
“ En Ibiricu agua fría, en Iruñela melones y en el pueblo Villanueva se crían los cabezones”.
Reproducimos a renglón seguido un puñado de cuentos y leyendas sobre las cualida-des de los habitantes de LEZAUN, ITURGOYENy otras localidades de la zona.
Cuando alguien de Lezáun es preguntado por su procedencia, al contestar “de Lezáun”, el foráneo añade: “de Lezáun, señor”. Esto es debido a que antiguamente durante el invierno, cuando se encontraban fuera de su pueblo para la realización de algún quehacer, ante la misma pregunta contestaban humildemente: “de Lezáun, señor”. Sin embargo, en llegando la primavera y con el ganado en el monte y en la sierra, sin problemas de pienso y paja, la misma persona respondía: “¡de Lezáun, cojones!”. En el pueblo se puntualiza que lo que se respondía en realidad era: “¡de Lezáun, cojones y con siete navajas!”. El invierno recrudecía la vida del pueblo. Los había en que lo normal era quedarse medio mes incomunicados y en los que el pueblo entero salía a limpiar la carretera de Arizaleta, donde residía el médico, en Arizala estaba la botica. Y a estos pueblos tenían que comprar, según la crudeza del invierno, la paja y el grano que el pueblo no producía para su cabaña ganadera.
En Iturgoyen cuentan cómo se quedó San Pedro en Lezáun como patrón (Epifanio Lazcano). “Venían Jesucristo y San Pedro predicando el Evangelio, y después de hacerlo en Iturgoyen cogieron la senda que conduce a Lezáun. A mitad de camino se encontraron una vaca asestada, larga, larga, y cruzando toda la senda. Fue Jesucristo a levantarla pero San Pedro cortó una rama y se le adelantó. Le atizó a la vaca un palancazo en todos los riñones, tal que Jesucristo al ver aquello exclamó: =¡Qué bruto eres!. Al próximo pueblo que lleguemos allí te has de quedar=. Y allí se quedó…”.
OTRAS HISTORIETAS
Y un último relato humorístico titulado SAN ROQUE, que no deja en muy buen lugar a los de Iturgoyen, al menos en comparación con la perspicacia de ciertos clérigos:
“Una vez, decidieron en Iturgoyen honrar a San Roque como se merecía, y en vez de acudir a la pequeña ermita, resolvieron hacer la misa en la Iglesia, y además traer a un predicador. Escogieron al que más fama tenía en aquellos momentos, al mejor.

Llegó el día de la festividad y acudieron todos a misa. El predicador habló mucho y bien. Pero a la salida de misa, la gente estaba descontenta. En ningún momento se había mencionado al pobre San Roque. El alcalde decidió que el próximo año se trajera al mismo predicador y que por cada mención al santo, le darían dos reales.
Pasó un año y llegó el día de San Roque. El alcalde mandó al alguacil que subiera al coro con una libreta y un lápiz para apuntar bien. El sacerdote se subió al púlpito y empezó a hablar:
– Querido pueblo de Iturgoyen, hoy, festividad de San Roque, voy a contaros lo que me ha sucedido mientras venía hacia aquí. Al pasar junto a una balsa, una cuadrilla de ranas ha empezado a cantar… Roque, Roque, Roque, Roque… He seguido caminando y he llegado a otra balsa donde nuevamente las ranas han cantado Roque, Roque, Roque, Roque… Y siguiendo hacia aquí, en la orilla de otra balsa…
El alguacil no paraba de hacer cruces con el lápiz y de pasar hojas de la libreta.
El predicador casi los arruina y al año siguiente decidieron hacer la misa en la ermita y con el cura del pueblo.”
PARTICIPACIONES
Javier Azanza Salvatierra (Iturgoyen, 10-VII-1952)
Epifanio Lazcano (Iturgoyen, 1925)
Ricardo Pérez de Obanos (Iturgoyen, 1923)
Gregorio Salvatierra Goñi (Iturgoyen, 30-IX-1919)
